Al inicio de la sesión "La interpretación narrativa como estrategia para la reconstrucción Histórica" mi concepción de narración era una forma de exponer verbalmente un acontecimiento, hecho o suceso, llevando al receptor a que lo imaginara. En la narración los hechos se presentan en orden temporal y se acomoda el lenguaje a la edad del niño para que lo comprenda. La narración se puede usar como estrategia en cualquier asignatura: Historia, Español, Matemáticas,Ciencias Naturales, Geografía etc.
Después de haber compartido conocimientos y experiencias con el asesor del grupo y mis compañeros así como documentarme sobre la narración en la historia, mi concepción sobre ella se ha modificado: "Narrar es un ejercicio complejo de análisis, reflexión e integración en el que se utiliza la imaginación creativa". Narración histórica es un acto cognitivo donde se vive la experiencia del otro, la trama que se expone siempre parte de un contexto histórico, presenta un argumento lógico bien estructurado, es un retrato reconstruido de la realidad donde la temporalidad histórica juega un papel muy importante ya que interroga al pasado. Es una estrategia didáctica qué guía al alumno a la reflexión y problematización desarrollando el pensamiento crítico para que reconstruya su propio conocimiento.
A continuación presento una narración sobre la forma de vida social, política, económica y religiosa durante el porfiriato.
En el año de 1876, en México había mucha incertidumbre, por las revueltas y luchas entre los rebeldes y el gobierno del norte y sur del país, la gente del pueblo de ese tiempo estaba cansada de tanta desigualdad y pobreza; porque has de saber que había unas personas muy ricas que tenían toda clase de comodidades, sus casas eran muy grandes, sus cuartos estaban decorados con muebles traídos de Europa, había a su servicio personas que les hacían la limpieza, cuidaban sus hijos, cocinaban y arreglaban sus jardines; los hijos de los ricos no iban a una escuela pública como tú, sino que estaba una mujer que se encargaba de enseñarles matemáticas, gramática y ciencias; sus comidas eran abundantes, en ellas no faltaba la carne y el vino de mesa que acompañaba a las comidas, eran unos “comelitones” los cuales no alcanzaban a consumirlos en su totalidad así que lo que sobrara lo tiraban a los perros, ¿has de creer? En vez de dárselo a sus peones, que sufrían hambres y en ocasiones solo hacían una comida al día la cual consistía en tortilla con sal y atole, era muy remoto cuando comían carne con verduras “Caldo”. En pocas ocasiones tenían la oportunidad de comprar carne a algún carnicero que lograba matar una res y esto lo sabían si en los expendios se asomaba una banderita de franela roja. Aunado a eso se vivía un gran caos político pues se acababa de salir de una etapa de guerras y luchas internas.
Después de haber compartido conocimientos y experiencias con el asesor del grupo y mis compañeros así como documentarme sobre la narración en la historia, mi concepción sobre ella se ha modificado: "Narrar es un ejercicio complejo de análisis, reflexión e integración en el que se utiliza la imaginación creativa". Narración histórica es un acto cognitivo donde se vive la experiencia del otro, la trama que se expone siempre parte de un contexto histórico, presenta un argumento lógico bien estructurado, es un retrato reconstruido de la realidad donde la temporalidad histórica juega un papel muy importante ya que interroga al pasado. Es una estrategia didáctica qué guía al alumno a la reflexión y problematización desarrollando el pensamiento crítico para que reconstruya su propio conocimiento.
A continuación presento una narración sobre la forma de vida social, política, económica y religiosa durante el porfiriato.
En el año de 1876, en México había mucha incertidumbre, por las revueltas y luchas entre los rebeldes y el gobierno del norte y sur del país, la gente del pueblo de ese tiempo estaba cansada de tanta desigualdad y pobreza; porque has de saber que había unas personas muy ricas que tenían toda clase de comodidades, sus casas eran muy grandes, sus cuartos estaban decorados con muebles traídos de Europa, había a su servicio personas que les hacían la limpieza, cuidaban sus hijos, cocinaban y arreglaban sus jardines; los hijos de los ricos no iban a una escuela pública como tú, sino que estaba una mujer que se encargaba de enseñarles matemáticas, gramática y ciencias; sus comidas eran abundantes, en ellas no faltaba la carne y el vino de mesa que acompañaba a las comidas, eran unos “comelitones” los cuales no alcanzaban a consumirlos en su totalidad así que lo que sobrara lo tiraban a los perros, ¿has de creer? En vez de dárselo a sus peones, que sufrían hambres y en ocasiones solo hacían una comida al día la cual consistía en tortilla con sal y atole, era muy remoto cuando comían carne con verduras “Caldo”. En pocas ocasiones tenían la oportunidad de comprar carne a algún carnicero que lograba matar una res y esto lo sabían si en los expendios se asomaba una banderita de franela roja. Aunado a eso se vivía un gran caos político pues se acababa de salir de una etapa de guerras y luchas internas.
En ese entonces surgió un hombre llamado Porfirio Díaz Morí, que sería muy importante en la historia de este país. Él fue un soldado del ejército de Benito Juárez, por ese motivo sabía de las carencias existentes en las diferentes clases sociales, así que se postuló como candidato a presidente, como la gente ya lo conocía y había tenido contacto con él, fue electo por los ciudadanos como presidente de México. Una vez que estuvo en el poder lo primero que hizo fue poner paz y para lograrlo utilizó la fuerza militar, muy pronto se vio estabilidad, creó la policía rural que se encargaba de poner el orden cuando algún rebelde osaba contradecir las órdenes del gobierno o generar indisciplina. Ese tipo de justicia era muy cruel, la gente vivía asustada y temía cometer algún acto que se considerara fuera de la ley. Las personas que apoyaban y difundían la forma de gobierno porfiriano eran generales y coroneles, todos ellos de la clase rica.
Pero no todo era malo. Hubo un gran desarrollo económico, se abrieron muchas fábricas siendo algunas de ellas la tabacalera, en la que se elaboraban puros de muy buena calidad, éstos eran apreciados por la gente de poder; calzado, en la que producían zapato de cuero; ropa, en la que diseñaban vestidos de estilo europeo; alimentarias, de la que destacaban la harina, azúcar y panocha (piloncillo), también estaba la fábrica de jabón, aguas gaseosas y curtidora de pieles entre otras. Todas ellas funcionaban gracias al dinero que muchas personas extranjeras invirtieron. Los medios de comunicación tuvieron un gran auge, se construyeron las vías férreas con el propósito de acercar a las grandes ciudades y con ello comercializar los productos obtenidos del trabajo del campo y las industrias.
En cuanto a las artes se impulsó la literatura y música, se fundaron academias, museos y sociedades artísticas, construyeron teatros y el cinematógrafo se extendió por todo el país.
En cuanto a lo religioso Porfirio Díaz y la iglesia católica se mantuvieron unidos porque así convenía a sus intereses. La iglesia sostenía que apoyaba al gobierno de Díaz porque este había prometido suprimir algunos puntos establecidos en la constitución de 1857 que en tiempo de Juárez se habían establecido en contra de la iglesia. Por mucho tiempo iglesia-estado vivieron armónicamente sus relaciones políticas y eclesiásticas, las cosas marchaban convenencieramente para los dos ya que la iglesia tomaba mucho en cuenta el que la gente del pueblo acatara sin replica las ordenes de Díaz, puesto que decía que el servir a Díaz era como servir a Dios.
Con el tiempo las relaciones mermaron, no obstante Díaz declaraba que él seguía siendo un ferviente creyente de la religión pero un simpatizante de la mazonería.
A pesar de todos estos cambios no todas las personas estaban conformes con la situación existente en el país. Se veía una gran diferencia entre las formas de vida de las personas adineradas y las del campo. Los ricos tenían muchas diversiones, asistían a bailes espectaculares donde las mujeres vestían hermosos atuendos parecidos a los que usan las princesas, peinados glamorosos y joyas preciosas, los trajes de los hombres eran elaborados a su medida en unos lugares llamados sastrerías. Las personas del campo vestían con ropa sencilla hecha de manta, los hombres usaban el calzón de manta y ceñidor y las mujeres falda larga y rebozo.
En su vida cotidiana los campesinos tenían que trabajar de sol a sol, o como decía mi abuelo “de canta gallo a canta grillo” pero a pesar de ello buscaban tiempo para convivir. Cuando veían aparecer a sus mujeres cargando las ollas de comida significaba el descanso para almorzar, este era un momento especial ya que tenían la oportunidad de compartir sucesos familiares, porque no había la oportunidad de hacerlo en casa solo este tiempo de 30 a 40 minutos que los patrones les daban para consumir sus alimentos. El regreso de las mujeres significaba, también el retorno al trabajo de los hombres que laboraban sin interrupción.
Como tú vez no había espacio para la diversión. Si no trabajaban no tenían para comer, todas estas situaciones provocaron el descontento entre la población de la clase media-baja que se unió a los campesinos para derrocar al gobierno de Díaz.
¿Quieres saber cómo lo derrocaron? Te invito a investigar.